miércoles, febrero 22, 2012

encontronazos

A veces te encuentras con señales en la vida que tienen mucho significado.

Empieza el año sin planes y salta la noticia que amplian el Terrat Pack unos días en BCN, concretamente el 23F. El destino me decía que volviera a pasar tal día allí y riendo. Esas señales se conviertieron en cartel luminoso cuando vi el concursaco. ¡Con lo que a mi me gusta poner bocadillos a las fotos!. Me lie, tanto tanto que hice 40, a cual más friki. Tranquilamente, sin esforzarme ni un ápice, mientras seguía la movida viendo que otra gente hacía unas curradas de órdago.
Total, que me ilusiono y todo (porque soñar es gratis, de momento). Pienso en como podría pedir unos días, donde quedarme, ver el Splenda, visitar cosas que me quedaron por ver...
Los contratiempos comienzan a dar señales también. No todo es tan fácil. Mis amigos me aseguran que voy a ganar. Pero son mis amigos ¡¿qué van a decir?!. No puedo hacer planes (una cosa es soñar y otra liarse la manta a la cabeza).
Esos problemillas pasan a mayores. Buff, mejor no ganar nada, ¡vaya lio! (empanada mental).
Todo son más señales, esta vez negativas al respecto:


¿Prohibición de paso? ¿Prohibición de libertad? Vamos, que no me dejan ir. El destino no quiere que me vaya. Por algo será.

¿Y lo jodidamente bueno? Que he resultado ser una de las agraciadas. Me las he ganao. El diálogo que sale no es precisamente el que más me mole de los que hice... pero ahí está.
¿Lo chungo? Que no puedo ir y tampoco tengo a quien dárselas!! Mis colegas habitantes de aquella zona no pueden ir. ¡Mecagüenla! Encima quedo de gilipollas, tanto insistir con el tema y verme en la delicada tesitura de tener que renunciar a ellas.

No podemos hacer nada. Esperar que el día (y la noche) pase rápido y olvidar este incidente. Eso sí, seguiré participando en chorraditas de este tipo, principalmente por diversión. #quemequitenlochurripensao

sábado, febrero 11, 2012

pinta

El otro día soñé que no ganaba el concurso ese de las entradas del T.P. pero me ponía supercontenta porque daban de premio de consolación un boli. ¡Un boli!

Ahora ya nadie regala bolis. Mecagüenlacrisis.
En el banco "dan" teles de plasma, jarras brita o incluso viajes, pero el boli... ¡quieto parao!. Le quitaron la cadenita pero seguro que los tienen con microchips que al salir del banco, explotan. No te hacen heridas, pero destintan, a tomar por culo la ropa.

Que se te destinte un boli comprado da mucha rabia y que lo haga un boli de propaganda es como jugar al escondite en el desierto, sabes que terminarás pringando. Los bolis de propaganda eran un coleccionable perfecto porque parecía que nunca dejarían de hacer fascículos. Ahora la gente va triste por la calle. Algunos necesitan terapia psicológica, que sus familiares les apoyan comprándoles bolis de 12 colores, de los gordacos, y todavía es peor porque siempre falla algún color. ¡No escribee, buaaah!

Con tanto tecleteo en ordenadores, aifons, tablets... se nos va a olvidar cogerlos. Ese gustirrinín cuando vas a apuntar la lista de la compra y no te escribe... le echas el aliento, un garabateo y ¡voilà!, tóma chorraco. Llegará un momento que escribiremos peor que los médicos por no practicarlo.
A medio camino están los punteros de los teléfonos táctiles o las consolitas. Es un como sí, pero no. Lo bueno es que no hay peligro de que se salga la tinta. Es como un mano a mano digital (de dedos). Un quiero y no puedo. Un... como esta foto:
Como la mano de verdad no se puede, tiro de mano digital (de tecnología) para cumplir una especie de churrisueño.

¿Y ahora cómo firmo esta entrada?
¿Ves? Ya hace falta el boli.