jueves, abril 12, 2012

otra de zombis

Hola, me llamo Andrea y hace unos días estaba viva.
Todo empezó cuando se me ocurrió independizarme. Todo hogar necesita plantas pero a mi no me gustan mucho, así que quise encontrar el punto friki para hacerlo un detalle personal. En la floristería me recomendaron una planta carnívora.

No me gusta el olor del KillPaff y aquella maldita planta me dejaba la casa sin mosquitos ni otro insecto. Perfecto. Todo iba bien hasta que un día al regarla me mordió un dedo. La infección se me propagó rápidamente y apenas pude decir "cagonlap...". Caí redonda. Bueno, alargada. En el suelo ya me puse redonda porque empecé a hinchar. Exploté y de la onda expansiva mi alma revivió.

Ahora soy una zombi. Pero no un muerto viviente cualquiera. Como venganza a aquella planta puñetera, me he vuelto vegetariana. De viva adoraba los chuletones y hasta el hígado encebollado. Mi misión ahora es cazar (¿o cosechar?) y comer vegetales vivos. Rechupeteo la savia bruta y se me cae la baba con la savia elaborada. A veces también se me cae la mandíbula pero eso es porque estoy muerta.

Sí, soy una zombi vegetariana.
Este verano iré de vacaciones al Amazonas. Me lo voy a pasar teta. La única teta que tengo. La otra la perdí junto al bazo cuando escapaba de un campesino escopetao. Le comí todas las berzas y en la alambrada me enganché cuando le oí gritar "te voy a dejar como el froilán, mangarrián!!".

No te creas, con esto de la crisis de la agricultura, me resulta difícil encontrar granjas fértiles. Suerte que al morirme cambié de trabajo y el nuevo me va mejor pa lo mio. Antes estaba muerta de aburrimiento en la oficina de la aseguradora. Ahora que estoy muerta me siento más viva porque el ayuntamiento me contrató para cortar el cesped de los jardines. No gasto gasolina y cuando cago fertilizo. Ayer me subieron el sueldo y creo que ya podré pasar de desayunar geranios a tréboles de cuatro hojas.

Lo malo son las noches. No puedo salir a ligar con otros zombis. Todos van a lo mismo, a por cerebros. Les ofrezco pensamientos, que son unas flores carísimas, y nada. Ya nadie se fija en unas buenas nalgas. ¡Y bien puestas que las tengo!. Robé una caja de chinchetas en el ayuntamiento, las oxidé y apenas se nota la diferencia con la carne podrida. Me ponen excusas como que las plantas que me comí durante el día están comiendo el oxígeno de mi alrededor y los dejo fatigados. Para mí que estos ya venían fatigados de casa. Y no me extraña, caminar arrastrando una pierna por los adoquines del casco antiguo es ardua tarea.
No me como un colín, pero me como muchos tallos.

Y así es mi vida. Perdón, mi muerte. Entre col y col... lechuga.

3 comentarios:

Andrea Moreno Ruiz dijo...

Como mola jajajajaj

ZARATUSTRA dijo...

Es que la vida de muerto es una vaina.
Mírame a mí,cultivando mi huerto para que otro se lo coma.
A mí me dá igual si la savia es bruta o elaborada,con tal que tenga baba.
Mis pimientos mueren comidos por los gusanos,aquí hay muchos porque todos estamos tiesos.
¿Y los pensamientos?;yo adoro sus pétalos elaborados,coloreados como de grafiti,de un rojo de sangre a un morado de hematoma,del vivo tono de la muerte misma.
No,por favor,no te asustes,es que me pongo melancólico al leer tu relato,eso que dices de las malas noches.
Pensarás que te plagio,pero a mí me ocurre lo mismo.
Nadie quiere un muerto bueno,que no asusta,que no aterra ya ni a los vivos(con lo cagaos que son),y que anda noche tras noche deambulando en busca de su media podrida,sin encontrar nada que le corrompa de verdad.
A no ser...
Sí,podríamos conocernos,a mí me encantan tus bien colocadas nalgas,y con una teta me conformo(total,la otra sería igual pero a la inversa),y lo más importante,lo que me atrae a seguirte como la Luna a la Tierra,tus alocados,intrépidos,atrevidos pensamientos,que me apartan de mi oscuro ámbito,y elevan mi mortecino espíritu.
Si no me quieres,me alejaré en mi halo de tristeza,mientras como,entre col y col...calabazas.
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zara

Arimike dijo...

jajaja zara, tú sí que molas.
¿plagio? es un elogio que algo mio inspire algo. De una tontería, una filosofada. Eres la caña.