Todo en esta vida debería ponerse en una balanza. Y a partir de ahí, guiarse un poco por el corazón (y no me refiero a esas revistuchas) y un mucho por la razón (y no me refiero al periódico).
Ahora en Cuatro se empeñan en poner chavalinas en esas balanzas. Las critican no sólo su estética o su forma física, algo que parece lógico si pretenden ser modelos. También las critican sus planes de futuro. Les llenan la cabeza de pajaritos.
Me he visto algunos castings y me han parecido humillantes, a parte de ser una bazofia televisiva.
“Enseñan” a ir por la vida de superguay y superdivina, pero sólo crean niñas amargadas que se centran exclusivamente en agradar a la profesora del látigo o al mariposón esperpéntico. Y mientras tanto las “obligan” a dejar los estudios, como a una chica que le dijeron: si quieres ser modelo, no pienses en estudiar medicina.
No, si al final va a ser cierto lo de la modelo tonta. Pero no porque ellas sean tontas, sino porque ese mundo asqueroso que muchas mujeres envidian, hace que se resignen a ser simples cuerpos.
¿Qué pensarán esas pobres gallinas cacareantes del destino de sus huevos? Amarrados a los pies de las niñas para martirizarlas. Tortillas en la pasarela que se fríen con la tensión del “examen”.
Manda huevos.
PD: gracias a quienes me han comentado, que me hace ilusión ver algún “tato” por aquí.
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