Hoy me topé con una señora que había perdido una lentilla. Suerte que tenía su perro (¿lazarillo?) para buscar:
El chucho era más rapidillo que la lentilla. En media hora ya había removido toda la playa.
Te preguntarás por qué entonces no la encontró.
Sencillo. La lentilla también era listilla. Se alió con una garrapata y se escondieron en el único sitio donde no podría encontrarlas: en el ojo ciego (véase también ano).
La garrapata, lejos de agarrarse a la pata, se incrustó en la cola para levantarla y que la lentilla observase todos los movimientos de la mujercilla medio cegarata.
Una desafortunada ráfaga de viento hizo que la lentilla girara 180º quedando mirando enlupada hacia el interior de su nuevo hogar.
La garrapata entonces se quitó la mascarilla y descubrió ser... ¡un agente inmobiliario!.
Una vez más, moraleja:
Hay quien se aferra a lo que sea para venderte algo que luego resulta ser una mierda.
PD: después de haber removido todas las playas, e incluso Roma con Santiago, la lentilla volvió con las dioptrías agachadas al ojo vago de su dueña, para seguir con su trabajo mal visto.
1 comentario:
Sobre la entrada anterior:
Tienes razón,la monotonía es una gran ayuda a la hora de soportar los insistentes apremios de la vida.
Yo mismo,debo reconocerlo,me considero un ser monótono,autómata implacable de conductas adquiridas un minuto tras otro.
Pero intento huir de los fundamentos esenciales de esas teorías,y todos los días dedico 20 o 30 minutos a interrogarme sobre hechos y doctrinas que asumimos como buenas.
Te pondré un ejemplo(polémico,lo sé):la ecología.
Esta ciencia trata de imbuirnos en el convencimiento irrefutable de que somos un mal inmenso para la naturaleza en ¿nuestro? planeta.
Pues yo pienso que ni el planeta es nuestro,ni podemos ser un mal desde el momento en que formamos parte obligada de él.
Nosotros somos una creación de este planeta,y nacemos y vivimos de él.
Y para poder vivir de él debemos (y de hecho lo hacemos)explotar sus riquezas,comer de sus animales,de sus plantas,de su vida.
La propia naturaleza nos lo enseña:¿hay un sólo animal que dude un sólo instante en devorar a otro para seguir viviendo?...NO
Y no le importa si este es el último ejemplar,ni si tiene unas cualidades especiales,ni si es el ejemplo de buenas costumbres del reino animal.
¿Es menos natural un litro de gasolina que una margarita recién florida en primavera?...NO
Todo está ahí,nos lo da la Tierra y podemos y debemos usarlo.
Decimos muy alegremente:"no al petróleo".
No seamos hipócritas:todo lo que usamos con desenvoltura día a día está hecho de eso.
Que por este camino llegamos a la destrucción del planeta...tambien NO.Llegaremos como mucho a la destrcción del ser humano,como mucho de los seres vivos,pero lo demás seguirá aquí,como una enorme bola de piedra inerte,pero seguirá aquí.
Y que luego implosiona y se convierte en polvo celeste,bueno,pero para reunirse más adelante y formar...¿tal vez otro planeta?
Podemos soñar que en ese planeta habitarán más seres,más sensibles,más perfectos...¿pero podrán sobrevivir si no aniquilan lo que les rodea?Mucho me temo que NO.
Desengañémonos,la propia vida exige la propia destrucción.
Como mucho nosotros veremos sólo alguna desaparición animal(como el lince ibérico),eso si no hay muchos metepatas como BP,que siguen trabajando sin poner antes una última llave de paso,y a causa de los mandatarios(que triste,tener que decir todavía "mandatarios","los que mandan")no los obliguen a poner esa llave que se pueda cerrar cuando las cosas se van de la mano,que puedes creerme,se puede.
Por todo eso,el ecologismo me parece otra manera más de defender al propio ser humano,que es,en esta vida,quien menos se lo merece.
No somos tan importantes,vivamos con esa premisa,y tal vez,viviremos más tranquilos.
La entrada de hoy,ya la comentaré,pues ésta me ha salido un pelín larga.
Espero que en tu neurona no haya tantas dudas como en la mía,aunque mucho me temo que eres persona de estrujarse la neurona,y prolífica lo es bastante.
saludos
zara
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