domingo, marzo 04, 2012

echar de menos

Echar de menos es lo contrario que echar de más.
Cuando tienes menos de lo esperado, se crea una necesidad. Un anhelo de rellenar ese vaso para echar lo justo.
Unos dias soleados me recordaron el placer de pasear por la playa. Pero pasear cuando apenas hay gente, no en el "echar de más" del verano.


El tremendo cansancio post-laburo me impidió hacerlo físicamente. Me rendí en los brazos de morfeo, viendo con los ojos cerrados esas olas dubitativas, que van y vienen sin saber donde morirán.

El estrés físico y psíquico todavía no cesa. El emocional ha dedajo paso a una paz interior de sentir haber hecho lo correcto.
Ahora me acuerdo de las palabras de un amigo cuando hablamos de ampliar la visión de la vida. Ver más allá de mi campo de visión, hace que esos pequeños puntos negros de mi alrededor se vuelvan insignificantes. Son simples granos de arena sobre los que se puede pisar para avanzar.
Es lo que hay. Y, de momento, no está tan mal.

Empecé esta entrada sin saber lo que decir y si no pudiera haberlo dicho, lo estaría echando de menos.

2 comentarios:

ZARATUSTRA dijo...

Claro,nunca ves donde mueren las olas por una razón muy sencilla:las olas no se mueren nunca.
Me puedo morir yo,aquel,e incluso tú,pero las olas...
La playa nos explica lo pequeños que somos.Tiene fuerza infinita,y sin embargo,parece que nadie la empuja.
Paradógicamente,cuando mejor se pasea por la playa,y cualquier otro lado,es cuando no hay gente.
Nadie quiere que su almohada esté plagada de chinches y pulgas,queremos que esté fresca para nuestro goce,limpia,natural.
Eres un poco la contra de Blas de Otero:tú ves con los ojos cerrados,mientras él se hallaba muerto con los ojos abiertos.
Para ser sincero,te diré que cuando pasa mucho tiempo y no escribes nada,aquí en tu blog,yo sí que te echo de menos.
Creo saber el sentir que te movió a escribir esta entrada.
Dejaste pasar un tren que se paró en tu estación:sus puertas se abrían,bajo sus metálicas ruedas soplaba el humo vaporizado,y su motor al ralentí parecía decirte "vamos,sube ya".Lo viste alejarse,mientras impotente,pensabas en las cosas que la vida nos brinda,mientras por otro lado nos rucuerda implacable:"ni se te ocurra".
La libertina consciencia nos dice:"haz lo que gustes" y la prudente conciencia nos recuerda:"pero atente a sus consecuencias".
Eso es lo que hay...pero sí que está mal.
zara

Arimike dijo...

meeec. Error final.
Lo que hay no está mal. Estoy bien, así que no puede estar tan mal.
Lo del tren, pues sí que tendrás razón. Estuvo ahi en la estación un rato tocando campana y lo dejé marchar. En el andén tenía cosas más importantes que resolver. Ni siquiera lo vi alejarse. Le volví la cara y continué con la vida en tierra firme. No pasa nada porque las vias siguen estando ahí y aunque el panel no anuncie nuevo tren, no es imposible que llegue otro.

Viva la wikipedia!! Ahora ya sé que Blas de Otero existe.
Aquí no sé si darte la razón. ¿Que veo con los ojos cerrados?. Lo que hago es soñar demasiado. Y como todos los demasiados, es peligroso y dañino.
Al final vamos a crearnos dependencia mutua. Cuando tardas en comentar, yo también te echo de menos. jeje

Y con tu linda visión de la playa, ahora sí que tengo mono. ¡Cachis na mar salada!

Gracias por tus parrafadas. Mola sentirse escuchada. ;)